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Andy Goldsworthy: Testigo del tiempo

  • Foto del escritor: Maria Gabriela Moreno
    Maria Gabriela Moreno
  • 18 mar 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 1 abr 2020

Un artista que a través del land art añade una nueva mirada al concepto del tiempo.



Para Andy Goldsworthy el tiempo y la naturaleza están profundamente unidos, en el sentido en que ésta última nos puede enseñar mucho sobre el primero, pues al contemplarla, se pueden observar los cambios que produce el paso tiempo tanto en el proceso como en el resultado final de sus fugaces obras, posibles de contemplar únicamente en fotografía y vídeo.


Dice el artista:

"El cambio es muy importante para mí. Pero este cambio es una experiencia amplia y comprenderlo en profundidad es más fácil permaneciendo en el mismo lugar"

En su exposición "Espera"es mucho más demostrativo sobre esta visión de tiempo que propone: la paciencia y sutileza del proceso de creación y de contemplación de la obra, que muchas veces, como se puede observar en el documental "Ríos y Mareas", tiene que reconstruir debido a la fragilidad y capacidad de los elementos que utiliza. Es por esto que Goldsworthy siente a través de las esculturas su conexión con la naturaleza, cada vez que tiene que volver a construirlas, aprende del elemento y dialoga con él en cada oportunidad hasta que conoce sus límites y capacidades sin transgredirlos o modificarlos. La intención de dicha exposición se podría traducir en esperar para ver a través del paso del tiempo.


El nombre del documental nos lleva a otro aspecto importante para entender mejor las metáforas que sugiere el artista con los cuerpos de agua y el tiempo. Goldsworthy insinúa que el tiempo puede asociarse mejor con el río que con la marea por su fluir y todos los elementos presentes que determinan su comportamiento, pero la marea ilustra lo ingobernable que es este; por tal razón sus intenciones con el arte son netamente momentáneas.



Asimismo, se evidencia en el documental nombrado anteriormente la idea contemporánea de la destrucción de la obra, esto es, renunciar a la posibilidad de contemplación eterna. Las obras llevadas al límite de su estabilidad plantean la noción perecedera y frágil de la vida, y siendo estas mismas fugaces demuestran un interés particular por producir efectos temporales en su espectador, que en este caso siempre es el artista. Por ello Goldsworthy lo considera un acto muy íntimo que le permite presenciar la transformación natural en la observación y la experiencia sensorial en el proceso sin necesidad de recaer en la producción objetiva.



 
 
 

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